De la existencia de los Matemáticos. Entrega I: La procesión se expande. (por Alejandro Urzúa)

25.04.2012 22:24

 Los artículos que tratan temas de las matemáticas modernas no son huéspedes frecuentes en revistas de divulgación científica. A diferencia de otras ciencias como la Física o la Biología, la explicación de un concepto puede requerir mucho más que el nivel de prepara-toria o incluso licenciatura. Usualmente es mucho más difícil limitarse a los paisajes que se abren a través de las ventanas del sentido común y de la experiencia cotidiana.

(el vertice horizontal indica la cantidad de publicaciones, así el primer segmento habla de 7  o más, el segundo de 5 a 6, etc. El vertical indica el porcentaje de incidencia, ejemplo: de 7 o mas publicaciones, encontramos cerca de un 12% de las investigaciones llevadas a cabo en el área ) 
 

 Los singulares animales que habitan las vastas planicies de las teorías matemáticas, no se parecen mucho a las formas de vida en base a las leyes de la Física y a la Tabla Periódica de los Elementos. Lo que sirve como una perfecta demostración de la validez de una teoría física o química, como puede serlo un experimento, usualmente es de muy poco valor en el edén matemático. Un hecho en matemáticas se considera como tal, sí y sólo sí la cadena lógica que lleva desde los principios básicos hasta la formulación precisa del hecho es per-fecta. Cada eslabón de la cadena se deduce de los anteriores. Las experiencias traumáticas y aversión de la mayoría de las personas que estudiaron matemáticas en algún nivel de la educación, garantizan que algo más complejo que un ejercicio en un periódico de cómo mover dos fósforos para convertir "el número cinco en un diez", llama muy poco la atención. Los traumas mentales sufridos sistemáticamente en las clases de matemáticas elementales a nivel primaria y secundaria, son producto tanto del sistema que incluye libros de texto metodológicamente ingenuos, maestros matemáticamente traumados, aburridísimos ejercicios en grandes cantidades y muy pocas ideas bellas que de hecho son la esencia de las matemáticas de verdad. Desafortunadamente el concepto de la luz al final del camino en cuestiones de la educación y sobre todo de la educación matemática, es poco aplicable. La luz debe acompañar al caminante por las tie-rras de la lógica y de la armonía desde el inicio. De lo contrario es poco probable que algún día sentirá lo bello que es una teoría matemática.
 

 El famoso matemático Hugo Steinhaus escribió hace exactamente 50 años: “Entre nuestros contemporáneos hay personas cuyos conocimientos en matemáticas corresponden a una época más antigua que las pirámides egipcias, y son la abrumadora mayoría. Los conocimientos matemáticos de una parte despreciable de la humanidad alcanzan la época de siglos medievales, mientras el nivel de las matemáticas del siglo XVIII no lo alcanza ni una persona en un millar”. Resulta que deseando convertir a un hombre primitivo en un matemático, no podemos contar con la evolución. El cerebro humano no se puede recons-truir por arte de magia. Para convertir a un cavernícola en un Pascal tenemos que guiar generación tras generación por un espinoso camino que no es posible acortar. “En las matemáticas no existe un camino de reyes”,––decían los antiguos––. Pero la distancia entre los que caminan en la vanguardia y las inmensas masas aumenta, la procesión se expande y los que caminan adelante se alejan cada vez más y más.
Ellos desaparecen en el horizonte, los conocen muy pocos, de ellos se cuentan las más asombrosas historias. Incluso hay quienes simplemente no creen en su existencia…”. Todo esto hace que las matemáticas visiten los medios de divulgación científica, en forma de rompecabezas y otros pasatiempos 2, los cuales desde luego no tienen nada que ver con la actualidad en las matemáticas. Este hecho refleja el grave problema en la difusión de los acontecimientos recientes en las matemáticas y poca preparación de los lectores en general.

 

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